Imágenes con frases sobre la educación y su importancia

Actualizado 19 junio, 2018

Echemos al mundo un vistazo ¿Nos gusta? Y cuando hacemos ese interrogante no hablamos de esplendorosos paisajes ni ambientes fenomenales, sino a la gente que los ocupa, a la humanidad. Seguramente nos quejaremos de la inseguridad, de la falta de valores, de la maldad, de la injusticia y todo lo feo, deforme que existe desde que el tiempo es tiempo. Un pronóstico negativo, pero que le da una importancia vital a la educación. Los niños son los adultos del mañana, de ahí se infiere que debe ponerse mucho esmero en ellos. Bajo esa coyuntura, te presentamos imágenes con frases sobre la educación y su importancia. Algo útil, sucinto, preciso y hasta entretenido ¡Imperdible!

Imágenes con frases sobre la educación para niños

Siempre es importante aprender, porque los niños son verdaderas tablas rasas, dispuestos a incorporar todo lo que quieran y consideren importante los educadores. Aquí te dejamos una serie de imágenes que hacen alusión a la educación, al profesor, a los valores primordiales para que exista una sociedad mejor.

Hay que creer en los valores que se hacen carne. No existen en un cielo o empíreo esperándonos, prestos, sino todo lo contrario: si están lo hacen en el cuerpo del individuo. De ahí que la educación sea tan vital: ¡estamos determinando la calidad humana y profesional del sujeto del porvenir!

Amor, comprensión, respeto, diversidad, abnegación, empatía, ahí tenemos unos buenos valores para tener en cuenta en la vida y para comunicar a los niños que recién llegan al mundo. Una tarea de enorme importancia, sin lugar a dudas.

Enseñar es vital porque estamos formando a las personas flamantes que llegan al mundo ¿Recordamos ese momento? Seguramente un poco, pero lo que es obvio que padres, familiares cercanos, educadores eran primordiales en la introyección de valores sustantivos. Eso es lo que hay que tener en cuenta.

La educación en sí misma es una herramienta transformadora porque ayuda a modificar a la persona que transformará el mundo, esperamos para mejor. Creemos en la educación, creemos en sus premisas y queremos docentes, profesores con verdadero amor a su profesión.

 

Dudar es vital, porque es decir un no provisorio inmediato. La religión es una cuestión de fe, pero utilizar esta herramienta en todas partes suele ser peligroso. No dudamos, aceptamos, erigimos figuras por doquier y encima no poseemos honestidad intelectual. Un verdadero cúmulo de ignorancias.

Educar es dejar una enorme huella en el educando; aprender es aprender a dudas sobre todas las cosas. Porque estamos seguro de algo: no hay nada peor que ignorar que se ignora y muy difícil combatir la ignorancia aprendida.

Obviamente cuando decimos estas palabras tomamos partido por cierta visión de la educación, que es propender la libertad de los niños, la comprensión, el respeto, el cariño, la abnegación y la empatía, todo con un sentido práctico en lo material, pero absoluto en lo formal.

Ignorar menos, de eso se trata. Cuando nos damos cuenta de la infinidad del saber caemos en la conclusión de que no se le puede achacar a nadie ignorancia. Todos somos ignorantes, pero lo terrífico es no saberlo. De ahí que el divino Sócrates haya arriesgado su vida (murió finalmente por ese objetivo) para que los ciudadanos se dieran cuenta lo ignorantes que son. No sabes, piensas que sabes.

Ilustrarse es iluminarse o ir apagando, de a poco y con esfuerzo, esas pequeñas opacidades que llevamos en cuanto sabiduría ¿Alguna vez se acabarán? Nunca, porque el saber es infinito y nosotros finitos; sin embargo, vale la pena y le da gracia lo imposible de la empresa.

La visión de la educación que tenemos proviene de manera eminente de la ilustración, que con sus dificultades y equivocaciones, consideraba que el sujeto debía salir de la minoría de edad y valerse de su propio intelecto ¿Cómo era? Confiar en la ciencia, en la divina razón que la guiaba y dejar todo lo que se tachara de tradicional oscurantista.

Cambiemos el mundo no con armas, discordias, insultos o violencias. Tratemos de evolucionar verdaderamente: usemos al niño, al maestro, al libro y el inefable lápiz.

La educación, el proceso pedagógico, sigue vericuetos muy complejos. Acá no es cuestión de iluminar a un otro, de depositar como a un banco saberes; sino producirlos en conjunto, siempre. Comunicación siempre; información si hay didáctica verdadera nunca.

A esa arcilla maleable llamada niño hay que llevarla de a poco, con suma responsabilidad, dedicación y, sobre todo, respeto. No como individuos pasivos tampoco; sino como seres que en su actividad aportan. Los procesos de educación son mucho más complejos de lo que imaginamos.

Amor, esa es palabra, amor es el sentimiento. Con amor unimos, con amor respetamos, con amor nos damos cuenta que el mundo es diverso, variado y relativo. Dejemos fluir, dejemos hacer y dejemos ser al prójimo.

La disciplina siempre tiene una rigurosidad que puede hacerse sentir como violencia. Sin embargo, a cierto hedonismo del niño hay que introducirlo poco a poco, con alegría y felicidad, a ese mundo un poco más tieso de responsabilidades. Nada de que la letra con sangre entra; sino simplemente con amor y respeto.

Debes respetar al otro, tenerle paciencia, porque nunca sabes con total certeza las batallas que el prójimo lleva adelante. Conflagraciones silenciosas, íntimas, casi secretas. Seamos benevolentes siempre; ayudaremos en la educación con esa actitud.

Que la sonrisa se adueñe de la vida, pese a los dolores y contratiempos.

Los saberes en sí mismos no son tan importantes, sino el amor por incorporarlos. Es casi como decir que el continente es más sustantivo que el contenido. Nadie se ofuscará sino recuerda a todo momento el año de la independencia de tal país, los avatares de la vida de determinado prócer, los bandos en cierta conflagración. Eso es sustantivo en un momento; lo que queda es el amor por el aprendizaje, por engullir conocimiento y ponerlos en práctica.

Honestidad, ser buena persona, esas son las metas que tiene que poseer el educador para con sus alumnos. Crear buenos ciudadanos y humanos para el día de  mañana. Todavía hay esperanza, todavía se puede o por lo menos, desde este humilde sitio, creemos en ello.

Es una tecnología antigua, pocos apuestas a ella; pero todavía muchas personas se arrebatan a su encanto. Es así: el sabor de las hojas, su aroma, el introducirte en mundos tan distintos y desaparecer por un tiempo del mundo, de eso se trata seguramente.

Siempre hay sacrificios, pero debemos aprender que luego habrá grandes recompensas. De eso se trata ese momento de aprender: de volverse disciplinado también; aunque todo puede ser una verdadera fiesta de alegría y respeto.

Los libros nunca pasarán de moda, por más que hayan vaticinado su muerte una y otra vez. Con estos maravillosos artefactos cambiamos nuestra manera de ser y ver el mismo, cuestiones relacionadas. Y aprenderás, al fin y al cabo, que tú debes ser el principio y agente de cambio.

Aquí te hemos dejado una buena cantidad de imágenes sobre la educación y valores atinentes muy importantes que tiene que incorporar un niño. Estos tópicos merecen pensarse, tratarse y que sean habituales para toda persona debido a que hablamos de una tarea acuciante:  crear para el porvenir un mejor mundo. Y ese cometido noble solo se logrará con buenas personas.