Actualizado 19 junio, 2018
Que las palabras expresen lo que sintamos: nuestras vibraciones, cambios anímicos, las vivencias y relaciones, es un verdadero milagro. Pocos tienen ese arte de expresividad; que sus vocablos reflejen, de algún modo, sentimientos tan complejos. Frida Kahlo tenía esa capacidad en sus poemas y lo añadía a otra expresión artística como la pintura. Dentro de escasos días se va a cumplir un nuevo aniversario de su natalicio, pero con sus frases, sobre todo, nos damos cuenta que no nos ha dejado o que está más presente de lo que muchos piensan, incluso desde la ignorancia más supina. Por eso, aquí te presentamos imágenes con frases y pinturas de Frida Kahlo para compartir y dedicar. Muchas de ellas te encantarán.
Sentir y poder decir. De eso se trata. No una razón abstracta, masculina, lejana, fría; sino na razón maternal, hecha carne, pasional, temblorosa como el ritmo de nuestras pulsaciones y la vida. Porque no somos objetos, somos sujetos y no podemos eludirnos. Una verdad que Frida ya conocía.
Es lindo conocer el interior de una persona: miedo, pasiones, valentías, zozobras, dudas y sufrimiento. Alguien podría decir que la señora Khalo creó un personaje; nosotros, en cambio, decimos que se mostró como pocas intelectuales y artistas.
Una vida de puro lirismo. Sufrimientos que afloraban con toda fuerza y que una mujer, nacida en Coyoacan, en 1907 un 6 de julio, supo plasmar en su obra artística y poética. Porque eso se encuentra en Frida Kahlo: mucho de autobiografía, de existencialismo, pero también de cierto hedonismo en la vida. Las vicisitudes que siempre atravesará la humanidad mientras siga existiendo en esta tierra o en cualquier otra.
Todo lo que pasaba por su interior, esos torbellinos internos, esos tornados de emociones, se plasmaban en frases, dichos o pintura. No por algo siempre se le achacó, para bien o para mal, el excesivo subjetivismo de sus obras.
Con un un cuerpo frágil, producto de un accidente con un tranvía que habría matado a cualquiera, esa pequeña mujer se convirtió en una excepcional artista, guerrera por los derechos de la mujer y opositora empedernida del imperialismo norteamericano. Una mujer con ideales fuertes y con una sapiencia enorme. Su amor, su gran amor, pese a los vaivenes e infidelidades, fue Diego Rivera, muralista, también de nacionalidad mexicana. Asimismo, se sabe que fue bisexual y que tuvo de amante a León Trotsky. Una vida intensa de dolor, éxitos, fracasos. Sin embargo, una persona que dejó todo en la vida, una gran llamarada enhiesta que dura lo que tiene que durar, que absorbió tanto como podía y que va a ser recordada eternamente. La posteridad es suya.
Pero mucho amor. Sí, eso exuda su obra, cada soporte en el que posó su mano, su vida, su alma. Frágil y temblorosa, como la de cualquiera.
Frida es una mujer molesta porque funciona como reflejo, espéculo, hermoso espejo. Todos vemos en ella algo de nosotros. No el hecho minucioso, ni las manías diáfanas; pero si algo de esos sentimientos, porque son bien humanos.
No te avergüences de lo que sientes. En definitiva, eres humano.
Andre Breton en una oportunidad, cuando Kahlo iba ganando raigambre mundial, le machacaba que su obra se circunscribía al surrealismo. Ella, uno no sabe si ofuscada o simplemente parsimoniosa, le contestaba que no. Su obra, decía la gran Frida, es simplemente su vida.
Frágil, lírica, sensible, soñadora, emprendedora, luchadora y mucho más. No tiene sentido realizar una retahíla para dar cuenta de una persona, porque todas son tan complejas que hacen estallar cualquier lista intempestiva.
Y seamos felices con lo que somos. Y lo que no agrada cambiémoslo; lo mismo a la inversa.
A veces hay ciertas casualidades de la existencia, que parecen más fundamentadas por un motivo que otra cosa. Julio fue el mes que la vio nacer, pero también el que le dio el beso del adiós. un 13 de julio de 1954. En medio de padecimientos, intentos de suicidio repetidos y una pierna amputada por gangrena. Quizás no un final feliz para un espíritu tan libre, alegre, poco convencional como el de ella.
Vivir la vida sin pensar, ni sufrir exageradamente. Vivir la vida gozando, amando, con una querencia tan extraordinaria que se extienda por todas partes. De eso se trata.
Un rostro particular, una figura endeble; pero tanta fuerza, tanto espíritu deslumbrante.
Una figura espectacular, alguien que consiguió la posteridad ¿Le importaba en vida? Seguramente no, por lo menos a partir de lo que se deduce de ella. Sin embargo, lo consiguió.
Con una historia conmovedora e inspiradora. No mucha longevidad, pocas primaveras; pero cuánta vida en poco tiempo. Es así: llamas tan fuertes que lanzan una luz deslumbrante, la más hermosa, para luego apagarse por siempre.