Actualizado 19 junio, 2018
¿Recordamos algo de cuando éramos niños? ¿Podemos por unos instantes trasladarnos a esos días de mocedad absoluta? Seguramente algunos sí, otros no. En rigor de verdad , en aquellas jornadas la realidad es más real, todo tiene un peso mayor, cada cosa deja una huella enorme que con el tiempo varía en intensidad. Asimismo, es una época sensacional para el aprendizaje, para educar los que serán, con total responsabilidad, los ciudadanos del mañana. Venir al mundo no es cualquier cosa, por eso aquí te dejamos imágenes con poemas cortos para niños. Didácticos, útiles, entretenidos y bellos. Un material imperdible, sin lugar a dudas.
Poesía infantil maravillosa
Es bueno que el niño aprenda, que se introduzca al mundo de la sabiduría de las formas más amenas posibles. La disciplina siempre cuesta en la pedagogía; que haya un principio de realidad que se aventure poco a poco. La poesía es una bella manera de introducirlos a este encantador mundo. Aquí te presentamos una serie de ejemplos.
Las letras son encantadoras para introducir al niño al mundo del aprendizaje. Su cadencia, sus figuras, los paisajes que crean no solo enseñan sino que entretienen. Es vital en cierta etapa de la vida que el ludismo intervenga en todo su cauce, que las internalizaciones sean amenas y mesuradas de la mejor manera.
Ya quedó vetusta esa frase que la letra con sangre entra. La disciplina, el terror, el dolor, la presión solo convierten a los niños en sujetos totalmente ariscos al aprendizaje, a eso hermoso que se llama sabiduría, de la manera que sea. Lo que tendría que ser un placer se convierte en una auténtica tortura; una magna equivocación.
Educar no es solo introducir de manera bancaria a un individuo que carecería de ellos. No: esa visión iluminista es demasiado asimétrica; sin embargo con los niños tenemos una enorme responsabilidad porque sí existen grandes diferencias en cuanto a sapiencia.
Tenemos televisión hace rato, poseemos tablets, celulares y miles de aplicaciones que ayudan o colaboran en la educación ¿Qué hacemos con los libros o mejor dicho la lectura? Fomentarla desde todos los ángulos posibles: a partir de tecnologías más antiguas (el simple papel); pero también en otras más sofisticadas ya que tampoco se pueden negar los flamantes tiempos.
Aprender a expresarse, comprender la literalidad y las metáforas, jugar con los vocablos; de todo eso se trata. Aquí tienes maravillosa poseía para entretenerte un buen tiempo.
Un niño es arcilla dócil o indócil en nuestra mano, lo cual no hace que esquivemos la enorme responsabilidad de la educación, de iluminarlos, en la medida de lo posible, en los derroteros del saber. Luz, aprendizaje, educación, claridad; todos sinónimos que expresan el divertimento de incorporar conocimiento.
Si ves a un joven totalmente apóstata al conocimiento y la educación podrá ser resultado de gustos propios; pero también los procesos de aprendizaje tienen muchísimo que ver. Es importante que las personas, sobre todo los niños, incorporen un amor por la sabiduría, cada cual de acuerdo a su nivel por edad y con las complicaciones, complejidades atinentes.
La palabra sujeta a ritmo; no la simple prosa. Un hermoso ambiente para incorporar conocimiento, saberes, que muy bien puede venir como herramienta desde niños. Consideramos que no hay edad para aprender, por lo tanto, es digno hacerlo en cualquier franja etaria. Aprovechemos esta vida para ello.
No por algo los griegos consideraron la sabiduría como la forma más sublime de ser en esta vida. Algo no atado a las cuestiones mundanas, una forma o cadencia que se escapaba a esa materialidad de la vida que es apremiante, necesaria; pero que también consume tanta energía. Y esto no es un elogio a la holgazanería; todo lo contrario.
Es bueno amar las palabras porque solo contamos con ellas para expresar todo lo que nos pasa y dar cuenta de lo circunstante. Estamos hechos y rodeados de vocablos sin que nos demos cuenta ¿Es malo adentrar, entonces, a los niños en estos menesteres? Para nada; al contrario, es indispensable.
La palabra puede ser un puente con la cosa o un simple muro ¿Conocemos lo que son los objetos en sí o simplemente lo que expresamos con la palabra? Posiblemente solo haya fenómenos; pero lo interior, la x imprescindible se nos escapa. Vivimos en un mundo retórico al fin y al cabo.
Tal vez lo retórico justamente sea la materialidad de la vida. Y esto no es negar lo cósico ni la existencia aparte de los objetos, sino entender que el hombre comprende, reflexiona, cavila a partir de palabras y solo se queda con ellas. La poesía es un hermoso ejemplo de ello. Aquí te invitamos que lo hagas desde la tierna edad con estas obras infantiles.
La poesía infantil no solo hace hincapié en cuestiones maravillosas, sino también en muchas diarias. Fiestas, estaciones, comportamiento en colegio o jardín, animales y mucho más.
Los poemas infantiles son variopintos porque así debe ser el aprendizaje en el niño: variado. De hecho, ¿cómo introducir a alguien en el mundo, a un ser que no tiene nada que ver con esta realidad? No hay tópico específico; existe un conglomerado con cierto toque especial, naturalmente.
Saberes múltiples que se internalizan de manera suave, con paciencia y mucha diversión. Porque se puede aprender jugando, aunque nos hayan querido creer mucho tiempo que lo lúdico es improductivo, vano, para el simple ocio; y la educación es seria, gris, aburrida, disciplinaria y cuestiones similares. La realidad es mucho más abigarrada de lo que reflexionamos.
La poseía no solo es entretenida, sino que ayuda a la memoria. Es una verdad muy antigua saber que la mnemotecnia se fomenta con el ritmo, con la palabra sometida a una cadencia, a una estructura y cuestiones por el estilo. Entonces, si hay que fijarlo, qué mejor que realizarlo con hermosas poesías que hablan de colores, animales, estaciones, fiestas, comportamientos y cuestiones por el estilo. Los ejemplos siguientes son diáfanos al respecto y esperamos que sean de tu agrado, querido lector.
Es hermoso aprender jugando, introducir nuevos saberes en esa máquina o tabla rasa que todo lo incorpora. Esa concepción de la ilustración tan noble que seguimos esbozando aunque no nos demos cuenta: todos comenzamos de cero y podemos incorporar, en condición de igualdad absoluta, cualquier saber desde esa tierna infancia que tan feliz nos hace e hizo.
La memoria es algo que se trabaja, más allá de las limitaciones que tenga. Los niños son sumamente capaces, a niveles abrumadores a veces, de incorporar flamantes conocimientos respecto a cuestiones de todo tipo. Estos poemas cumplen esa función porque hallarás en ellos tópicos de los más variados, siempre dispuestos de una manera entretenida e hilarante.
Aprendamos con diversión, hagamos que los niños comprendan que aprender es como introducir aire fresco a un cuarto que ya estaba bastante viciado. Hace bien, hasta nos pone felices, aprender algo nuevo. No los vedemos de un proceso maravillosos y libertario para cualquier intelecto.
Seguimos con los mejores ejemplos de poemas infantiles, con una enorme variedad para que encuentres dentro de tantos tópicos alguno que realmente sea de tu gusto. Una temática que agrada o con la que quieras apuntalar a tu niño, por qué no, naturalmente.
Porque para aprender no hay edad alguna; y sin embargo podemos hacerlo desde que tenemos uso de razón.